martes, 21 de junio de 2016

Notas rapidas sobre la Sola Scriptura


Notas rapidas sobre la Sola Scriptura

Por Russell Thibodeaux

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17 Reina Valera 1960)

Esta será el octavo y final artículo en esta serie particular sobre la Sola Scriptura (“Solo la Biblia”). Hoy hablaremos específicamente sobre un argumento que es comúnmente usado por católicos (y también por otros). Muchos enemigos de la Sola Scriptura consideran a este argumento como el super, knockeado-de-un-golpe, y el-gran-padre-de-todos-los-argumentos en contra de la enseñanza de la Sola Scriptura. Este es el argumento del canon (i.e. la lista de los libros contenidos en las Escrituras). Y va algo así:

Argumento #8 ¿Como alguien puede creer en la suficiencia de la Sola Scritura cuando la Biblia nunca siquiera revela su propio canon? Necesitamos saber lo que el canon es con absoluta certeza, y ya que no esta en la Biblia, necesitamos otra fuente infalible para que nos lo diga.

Otra vez, recordemos la definición de la Sola Scriptura… que la Biblia es la única regla infalible de fe para la Iglesia hoy. Y es por eso, que es nuestro máximo estándar moral. Pero esto no quiere decir que la Biblia tiene que ser una fuente exhaustiva de cada dato espiritual que hay alguna vez existido.

Es verdad que la Biblia no contiene una lista específica de todos sus libros. Dios ciertamente escogió no colocar tal lista dentro de sus páginas, pero esto no convierte a la Biblia como insuficiente regla de fe  (como es evidente en 2 Timoteo 3:16-17).

Pero para comenzar, la premisa del “argumento del canon” es incorrecta. Todo este argumento está ASUMIENDO la necesidad de una “certeza infalible”. De eso en realidad se trata ese argumento, y esta “necesidad” es una suposición bastante extendida en la Iglesia Católica Romana. Pero este artículo no es sobre QUIEN definió el canon… sino que trata de COMO nosotros conseguimos el canon… ni siquiera es sobre CUAL es el verdadero canon. Es simplemente para demostrar que: 1) el canon NO NECESITA ser enlistado en al Biblia y 2) los católicos realmente no tienen la certeza que ellos afirman tener.

Los católicos a menudo se jactan de su certeza infalible, pero si la certeza infalible sobre el canon es tan importante para la Iglesia Católica, entonces ¿Porque el canon no fue “infaliblemente” definido hasta el Concilio de Trento en 1546? Parece que la Iglesia Católica habla mucho, pero ha hecho un trabajo muy pobre en proveer a sus miembros con alguna certeza real, mucho menos con la certeza que ella tan orgullosamente afirma. Por los 1500 primeros años de la Iglesia, la Tradición Católica fallo en proveer certeza infalible en el asunto del canon. No solo eso, sino que el presente canon tiene algunos temas problemáticos (ver los links abajo). Así qué, este argumento sobre la “certeza-infalible-sobre-el-canon” suena bien, pero es un engaño.

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Así que tenemos razones para cuestionar la afirmación católica sobre la certeza sobre el canon. Pero también tenemos razones para cuestionar su afirmación de haber interpretado  infaliblemente ciertos versículos de la Biblia. Hay as de 31000 versículos en la Biblia, y solo un pequeñísimo porcentaje de estos versos han sido “infaliblemente“ interpretados  por la Iglesia Católica. Los apologistas católicos están en desacuerdo sobre el real número de estos versos  (algunos dicen 8, algunos dicen 11, algunos dicen 20, etc.), pero aun si hubieran 100 versos que la Iglesia hubiera oficialmente e “infaliblemente” interpretado a través de los siglos, eso aun solo sería ¡Alrededor del 0,003% de la Biblia infaliblemente interpretada!

Para captar la idea de este porcentaje, eso equivaldría a solo 16 pies de toda una milla completa, o solo 26 horas de todo un año entero. Si tuviéramos una empresa de 2000 empleados, esto sería como que solo 6 de ellos vengan a trabajar. De nuevo, estos ejemplos representan un porcentaje extremadamente pequeño de versículos de la Biblia que llevan la garantía de la Iglesia en que han sido correctamente interpretados. Esto es bastante débil para un grupo que bastante a menudo se mofa de los protestantes por su “falta de certeza”.

¿Solamente 100 versículos en 2000 años? Si este es el indicador de la tasa de progreso para la “certeza infalible”, en la Iglesia Católica, entonces, anímense queridos católicos, -- ¡solo les queda medio millón de años o (620000 para ser exactos) para logar completar la certeza infalible de toda la Biblia! Esto difícilmente resultara confortante para los católicos. Si la Iglesia Católica es todo lo que ella reclama ser, y esta realmente preocupada en dar a su gente “certeza infalible“ sin duda pudo haber hecho algo mejor que esto en 2000 años.

En primer lugar si la Iglesia Católica siente la necesidad de interpretar infaliblemente las Escrituras, entonces ¿Porque tan pocos versículos? ¿Por qué no toda la Biblia, o por lo menos la mayoría de ella? ¿Y no es interesante como ciertos conceptos únicamente católicos (sin embargo anti bíblicos) se han hecho espacio en este lista de enseñanzas “infalibles” (e.g., La Inmaculada Concepción, y la Asunción de María, etc.) ¿Soy solo yo, o esto le parece sospechoso a alguien más? ¿Están perfectamente satisfechos con solo algunos versículos interpretados de esta manera, siempre y cuando sus doctrinas favoritas pueden lograr el “status de infalibles”?

Los apologistas católicos pueden objetar y decir que nunca fue la intención de la Iglesia interpretar infaliblemente TODA la Biblia y que ellos solo hacen esto cuando las disputas se levantan. Pero muchas, muchas disputas se han levantado a través de los siglos que nunca terminaron  en la categoría de “infaliblemente declarado”, así que esta no es una opción válida.

Irónicamente, hay mucha confusión y desacuerdo sobre esto, aun entre líderes católicos y apologistas. Los católicos admitirán que este tema es complejo y de diferentes estratos, y nadie parece ser capaz de decir exactamente cuales afirmaciones son consideradas apropiadamente “infalibles”. Este hecho simplemente enfatiza a todos, aun mas, que la gran “certeza” que la Iglesia Católica se jacta es puramente fantasía.

Otro problema con el argumento del canon es que muchos (sino la mayoría) de los católicos hoy parece creer en la posición de la “suficiencia material”. Esta posición afirma que la Biblia tiene todo lo necesario “materialmente” en ella. Si eso es verdad, entonces en canon (que no está en ella) no NECESITA estar en la Biblia. Así que si esta posición de la “suficiencia material” es correcta, el argumento del canon contra la Sola Scriptura no puede ser verdad. Nadie puede creer en el argumento del canon y en la posición de la “suficiencia material“ al mismo tiempo.

Una objeción en contra del argumento del canon es que si una regla de fe (la Biblia) debe tener una lista de contenidos (el canon) entonces ¿Qué acerca de la particular regla fe de la Iglesia Católica? ¿Dónde está el “canon” de la Tradición Católica? No existe. Así que, si el concepto de Sola Scriptura falla porque no tiene una lista de sus propios libros infalibles, entonces la Tradición también falla  ya que  tampoco enlista sus propios contenidos. Ellos aplican la regla para unos y para otros no.

En conclusión, este “padre de todos los argumentos” está basado en la falsa premisa que nosotros DEBEMOS tener “certeza infalible” sobre el canon. Pero el hecho es, solo Dios puede tener este tipo de certeza. Nosotros, no. Sin embargo, por Su gracia, nosotros los seres humanos tenemos razonable y suficiente certeza en los libros inspirados por Dios. Él nos da la libertad de investigar otras fuentes (e.g la historia de la Iglesia, los padres, etc.), usar discernimiento, evaluar la evidencia disponible, y usar nuestras mentes falibles para llegar a una conclusión razonable.

Así que, el hecho de que el canon no está específicamente enlistado dentro de las páginas de la Escritura no afecta nada a la suficiencia de la Biblia como nuestra Máxima Regla de Fe.

Tradución: Marcos Zuñiga.

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